Iglesia de Sta. María della Pace
Apunte. Santa Maria della Pace (Tinta china). |
Iglesia de Santa Maria della Pace (Roma, Italia)
Autor: Pietro da Cortona. Fecha: 1656-57
Estilo: Barroco Italiano
La iglesia Santa María della Pace, se encuentra
en la ciudad de Roma. Esta iglesia toma su nombre por estar situada en la
Vía Della Pace, situada en la parte de atrás de la famosa Piazza
Navona de Roma [1].
Esta iglesia fue construida sobre la antigua
iglesia de San Andrea de Aquarizaris
en el año 1482, a petición del Papa Sixto IV. Pero fue entre los años 1656
y 1657 cuando, el Papa Alejandro VII encargo al artista Pietro
da Cortona que restaurase este bella iglesia añadiéndoles
además, su famosa fachada barroca acompañada de columnas dóricas.
Pietro da Cortona la restauro junto con la colaboración de Carlo
Fontana. Representa una estructura del movimiento ilusionistico de un color
elegante y de significado integrado con el ambiente circundante constituyendo
una notable manifestación del espíritu compositivo del seiscientos [2].
La demolición proyectada y realizada con indudable sensibilidad
urbanística determinaron la creación de uno de los ambientes barrocos más
originales de Roma.
La obra tiende a valorizar espacialmente la fachada de la iglesia. una
obra equilibrada de demolición permite encuadrar los elementos dominantes de la
fachada con participación del espacio de la plaza cuya plástica es ejemplo
magistral. El atrio de la plaza en segundo plano crea un efecto eficaz y
variado de perspectiva.
A partir de 1650, de un
modo paralelo a sus búsquedas pictóricas en las que intenta atenuar su
exuberancia inicial, las búsquedas arquitectónicas de Cortona se desarrollaron
con mayor determinación hacia el logro de fórmulas clásicas, sobrias y
grandiosas, para expresar su idea del espacio arquitectónico como un organismo
plástico flexible y animado por la luz.
Un ejemplo de esta búsqueda es su remodelación de la iglesia cuatrocentista
de Santa María della Pace, en donde, aparte de transformar su interior con una
rica decoración de estucos, ideó una originalísima sistematización de su
fachada y planificó de modo ejemplar la erección de la plaza en la que está
insertada. En el frontis retoma en la parte superior el motivo convexo del
prospecto de los Santi Luca e Martina, pero sin que haya correspondencia con el
organismo interior y sin que el movimiento sugerido por la convexidad del muro
sea contrarrestado por fuertes estribos laterales.
Esta
función ahora se transmite a unas alas cóncavas, retrasadas a propósito y
articuladas en exedra para, al aumentar el contraste entre curvas, primeros
planos y fondo, conformar el espacio antecedente de la placita sobre la que
avanza, con turgente plasticidad y predominio estructural y cromático, una pronaos
toscana semioval, tan nítida como la perístasis del Tempietto di San Pietro in
Montorio, de Bramante, en la que se inspira [3] .
Más
aún, por el uso de la luz logró imprimir al complejo arquitectónico los máximos
valores de vibración claroscurista, como resulta en la citada pronaos que,
debido a la fuerte alteración rítmica introducida, sus anchos intercolumnios se
ven ahogados en sombra y sus columnas pareadas, bañadas a toda luz. De este
modo, desvinculando la fachada de su papel tradicional de nexo entre exterior e
interior, la convierte en un organismo autónomo, más interrelacionado con el
espacio urbano que con el edificio. Sin la tensión estructural o la inquietud
formal de Borromini, ni la reposada grandiosidad espacial y volumétrica de Bernini,
Cortona alcanza una espectacular plasticidad, luminosa y colorista.
Sin duda, la solución de Pietro da Cortona para
Santa María della Pace es, por su claridad, un modelo de cómo los arquitectos
barrocos actuaban sobre el espacio real y físico de la ciudad, implicándolo en
sus operaciones, creando o modificando el tejido urbano. En este caso, de la
horqueta existente en un cruce de calles surgirá una placita que se abre en
abanico y cuyo espacio pentagonal, invadido por la pronaos semiovalada del
templo, es contorneado en todo su perímetro por las alas cóncavas de la fachada,
absorbiendo en su continuidad morfológica las puertas y ventanas de las casas
de vecinos y los portillos de las vías laterales que en ella desembocan.
Aplicando los conceptos de tensión dinámica y
movilidad escenográfica a la planimetría urbana, Cortona confirió a Santa Maria
della Pace un sugestivo poder de atracción, que invita a participar en el
espectáculo. Desde la larga y estrecha vía de acceso, la mirada del viandante
que de improviso topa con su fachada, es captada por la lógica espacial del ambiente,
impulsada por la gradación de los planos de los muros, envuelta por la luz
tamizada que baña la placita, en la que destaca, sobre la densa sombra del
pórtico, la luminosidad de la parte alta de su frontis monumental. Una vez en
la plazoleta, el paseante cree hallarse en medio de la platea de un teatro al
aire libre (la plaza), rodeado de palcos (las casas del perímetro), con un
proscenio delante (el pórtico) y ante un escenario con sus bambalinas y
embocaduras para los actores (todo el frontispicio con las bocacalles).
[[2]]Con la
llegada del nuevo siglo, se inicia en Italia un nuevo período: el Barroco, que
se desarrolla desde 1630 hasta 1680.
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[[3]] Consta
de dos pisos al incluir, bajo el suelo del patio, una cripta circular que cubre
la roca del martirio del Apóstol, y sobre ella campea airoso un edículo
cilíndrico, rodeado por una columnata de orden toscano con triglifos en el
friso entre metopas con bajorrelieves alusivos a la vida de San Pedro.
La concreción del ideal
bramantesco, atenido a un edificio de planta central rematado en limpia cúpula
sobre tambor, es el Templete de San Pietro in Montorio, costeado por los Reyes
Católicos de España en 1503, como patronos de la aneja basílica del Monte Janículo,
para enaltecer el lugar donde la tradición cristiana fija la Crucifixión del
primer Papa. Se convirtió desde el primer día en el manifiesto de todo el
estilo de Bramante. Consta de dos pisos al incluir, bajo el suelo del patio,
una cripta circular que cubre la roca del martirio del Apóstol, y sobre ella
campea airoso un edículo cilíndrico, rodeado por una columnata de orden toscano
con triglifos en el friso entre metopas con bajorrelieves alusivos a la vida de
San Pedro. Se inspira indudablemente en los tholoi griegos de Epidauro, Delfos
y Olimpia, o en los más cercanos templos romanos circulares de Vesta o la
Sibila.
El cilindro adopta por encima de la balaustrada aspecto de tambor con
ventanas abiertas o ciegas con conchas de gallones, y termina en cúpula
semiesférica con esfera y cruz.
Aunque no se lo rodeó de un
patio circular, como sabemos por el grabado de Serlio quiso Bramante, sino
rectangular, el Templete produce a pequeña escala diáfana impresión de
monumentalidad clásica, en la que los ascendientes grecorromanos se sueldan en
armónica concordatio con la rememoración cristiana.
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