Las pulsiones de saber: Investigación.




Las pulsiones de saber. 
Condicionantes en  una investigación.

En este artículo resumo algunas nociones del campo de la Psicología que considero de importancia en tanto que condicionan toda investigación de carácter académica, se encuentran en su génesis y marcan su impronta.

No puede haber investigación científica sin un tipo de impulso psíquico que tiene su fuente en una excitación interna (un estado de tensión percibida como corporal) y que se dirige a un único fin preciso: suprimir o calmar ese estado de tensión. Sin este estado de tensión en el que se encuentra la propia experiencia del sujeto que investiga y su propia historia no se da la posibilidad de investigar y que esta devenga en un producto de interés.

Aquí son fundamentales las pulsiones de saber. Esto es lo que condiciona una investigación de carácter académica . Sin esta pulsión no hay investigación, quedando limitada a una burda recopilación de información.

Aquí comparto información médica sobre aspectos relacionados con las funciones del Tálamo y del Hipotálamo que regulan los estados de tensión a que hago referencia.

Pulsiones internas:

Pulsión (del francés pulsion, que a su vez proviene del latín pulsio y pulsum, derivados del verbo pulsāre: pujar, impeler), es un término que se utiliza en psicoanálisis para designar aquel tipo de impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana que tiene su fuente en una excitación interna (un estado de tensión percibida como corporal) y que se dirige a un único fin preciso: suprimir o calmar ese estado de tensión. Para lograr este fin, la pulsión se sirve de un objeto, el que sin embargo no es uno preciso, ni está predeterminado. [[1]]

La mayoría de los traductores al inglés de la obra de Sigmund Freud, tradujeron la palabra alemana Trieb de manera poco precisa como "instinto". Los traductores franceses posteriores a Lacan, como asimismo el argentino José Luis Etcheverry — quien tradujo las obras completas de Freud directamente desde el alemán — enmendaron este error inicial y prefirieron el término pulsión. En efecto, se trata de conceptos diferentes (y también existe la palabra Instinkt en alemán, palabra que también utilizó Freud, pero cuando quería referirse al concepto estrictamente biológico).

Mientras la pulsión es una noción dinámica, en la que influye la propia experiencia del sujeto y su historia ontogenética, vale decir, la referida al desarrollo de este, el instinto sería un concepto más estático y netamente congénito, heredado genéticamente. El instinto es típico de los animales no racionales. Mientras que el instinto posee objetos precisos e inamovibles para su satisfacción, las pulsiones carecen de objetos fijos, predeterminados.

Freud utilizó el término Trieb a partir de 1905 en sus escritos y pronto se transformó en uno de los conceptos técnicos fundamentales en los que se apoya el conjunto de la teoría psicoanalítica. Con él se designa la carga de energía que está en el origen, tanto del movimiento del organismo y su actividad, como de su funcionamiento psíquico inconsciente. [[2]] Se denominan así pulsiones a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas [[3]] en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico [[4]]. Así como las pulsiones carecen de objetos predeterminados y definitivos; también tienen diferentes fuentes y por ello formas de manifestación, entre ellas: Pulsión de vida o Eros, pulsión de muerte o Tánatos, pulsiones sexuales, pulsión de saber, etc.

Idea de lugar a partir del lugar fetal.

Tras la relación sexual, sólo un espermatozoide puede atravesar la membrana celular del óvulo, y así fecundarlo, mezclando su carga genética –procedente del hombre–, con la del óvulo, –procedente de la mujer–. La célula resultante de este proceso, se llama cigoto. El cigoto contiene toda la información genética necesaria –ADN– para que esta nueva célula evolucione hasta un niño recién nacido. El cigoto emplea los siguientes días para desplazarse hasta el útero, cruzando antes la trompa de Falopio, y dividiéndose por el camino.

El conjunto de células que ha formado el cigoto, se llama blastocisto, o blástula, y se encuentra dividido en dos grupos de células; uno, más externo, y otro más interno. El grupo interno se convertirá en el embrión, y el exterior, en la membrana que lo protegerá y nutrirá durante el embarazo.

El blastocisto llega al útero al quinto día tras la fecundación, y se implanta en la pared uterina, que ya está lista gracias al ciclo menstrual de la mujer. El blastocito se adhiere fuertemente a la pared uterina, y desde allí recibe los nutrientes que necesita para continuar su desarrollo, directamente desde el torrente sanguíneo de la mujer.

Periodo embrionario
Las células del embrión, inicialmente llamadas células madre totipotentes, se multiplican rápidamente, y comienzan a diferenciarse por funciones, diferencias que marcarán los distintos tipos de células humanas (sanguíneas, renales o nerviosas).
En el primer trimestre, el llamado, periodo embrionario, es cuando más susceptible es el embrión en desarrollo, a los posibles daños.

Según A. RASCOVSKY[5], para introducirse al estudio del psiquismo fetal se debe, primero, aceptar y elaborar el trauma de nacimiento con su angustia concomitante. La dificultad para superar la enorme angustia producida por el trauma de nacimiento, es la razón más explicativa para comprender la resistencia y la amnesia frente al conocimiento de la existencia de un psiquismo prenatal, que es una fase del desarrollo donde se dan las primeras relaciones de objeto entre el yo y las protofantasías heredadas que coexisten en el Ello.

Rascovsky admite la existencia de un Yo y un Ello durante la vida fetal y afirma que entre ambas instancias psíquicas se establece una intensa relación ya que hay una completa permeabilidad entre ambas, y es esa permeabilidad la que permite el desarrollo del yo fetal. 

Éste realiza una labor muy compleja que es la de construir su cuerpo reproduciendo las representaciones existentes en el Ello (protofantasías heredadas filogenéticamente) y su función esencial es la de establecer las primeras relaciones con las protofantasías heredadas. Para poder llevar a cabo la tarea de crecer, el feto utiliza los modelos correspondientes almacenados en el Ello y está totalmente dedicado a reproducir en el Yo la herencia filogenética depositada en él.

La resistencia a aceptar la existencia de este psiquismo es tal, que se ha llegado a la negación de las representaciones heredadas endopsíquicas, que son las que constituyen los objetos propios del yo fetal y que están situadas en el Ello, éste "constituye el primitivo ambiente del yo donde se desenvuelve la herencia". (Freud, 1923).

Para la comprensión del psiquismo fetal, se debe admitir –entonces– la existencia de objetos internos prenatales heredados. El yo fetal está íntimamente conectado con esos objetos arcaicos y atribuye a ellos las realizaciones que se producen en el transcurso de su desarrollo evolutivo intrauterino.  

Durante el período embrionario–fetal hay inexistencia de objetos externos reales, lo que permite que el yo fetal establezca relaciones con sus objetos internos heredados, porque todo contacto con la realidad externa es llevado a cabo por la madre mediante el suministro incondicional del cordón umbilical. El proceso de integración del yo comenzaría en este período fetal a través de las identificaciones primarias.

Es en lo post–natal (estadio oral–digestivo, según el autor), cuando el yo establece definitivamente relaciones con los objetos externos. Cuando se interrumpe el suministro continuo de alimento, oxígeno, etc. recibido a través del cordón umbilical, la frustración provocada por dicha interrupción incrementa los instintos de muerte, siendo –además– el motor que fuerza y obliga al yo a salir en búsqueda de esos suministros, en el mundo externo. Éstos antes eran función de la madre, ya que ella respira, come, termorregula para el feto permitiéndole así una intensa relación con los objetos innatos ideales.

Además, sostiene este autor que, para vencer la resistencia a aceptar la existencia de un yo fetal, hay que actuar sobre la represión primaria que se establece en el nacimiento por lo traumático de esa situación, generando un gran monto de ansiedad. Éste es el momento en que dicha ansiedad alcanza la mayor intensidad desarrollada en el curso de la vida. Esta represión primaria implica la represión de la visión interior primitiva de los objetos internos heredados (objetos prenatales), que constituyen réplicas de objetos externos arcaicos registrados filogenéticamente.

Asociación con el hipotálamo:
Tálamo
Es la región más grande del diencéfalo,  Fig1



Núcleos del tálamo
La zona anterior del tálamo contiene el núcleo anterior el cual forma parte del sistema límbico. Este participa en el procesamiento de las emociones y en mecanismos de memoria reciente.
 

La zona medial del tálamo tiene el núcleo dorsomediano. Este núcleo tiene amplias conecciones con la corteza prefrontal e hipotálamo. Este núcleo participa en la integración de aferencias viscerales, olfativas, somáticas así como en mecanismos que permiten percepciones subjetivas y emotivas.
 

La zona lateral del tálamo es la más extensa. En ella se describen dos bandas nucleares, una banda dorsal y una banda ventral.
 

Los núcleos ventral anterior y ventral lateral juegan un rol importante en el procesamiento de la información motora, dado que reciben aferencias del cuerpo estriado (VA) y del cerebelo (VL) y proyectan respectivamente a la corteza premotora y a la corteza motora primaria.
Fig2
 
Si se utiliza criteros funcionales los núcleos talámicos se pueden clasificar en: a) núcleos específicos, b) núcleos de asociación y c) núcleos inespecíficos.
 

En los núcleos específicos se agrupan todos aquellos que reciben aferencias sensitivas u otras que establecen circuitos bien definidos tanto para procesar información sensitiva como motora que luego se proyecta a la corteza cerebral.





 

Hipotálamo
Esta estructura se encuentra en la zona más anterior e inferior del diencéfalo.
El sistema porta hipofisiario, está formado por capilares que forman una red que desciende al lóbulo anterior de la hipófisis. Este sistema porta lleva factores de liberación hormonal que son sintetizados en el hipotálamo y cuya acción en el lóbulo anterior de la hipófisis inducirá la producción y liberación de hormonas tales como: adenocorticotrofina (ACTH), hormona folículo estimulante (FSH), hormona luteinizante (LH), hormona tirotrófica (TSH), hormona del crecimiento (GH), etc.

Funciones del hipotálamo-

1) Control de funciones autonómicas. Distintos centros del hipotálamo ajustan y coordinan actividades de centros visceromotores del tronco encefálico y de médula espinal para regular el funcionamiento del corazón (frecuencia), presión arterial, respiración, actividad digestiva, etc.

2) Control de actividades somatomotoras involuntarias. El hipotálamo es capaz de dirigir patrones somatomotores asociados a emociones de rabia, placer, dolor, actividad sexual, etc.
3) Coordinación y control de actividades nerviosas y endocrinas. Esta función se produce a través de mecanismos reguladores entre hipotálamo e hipófisis como se señaló más arriba.

4) Coordinación entre funciones voluntarias y autonómicas. Cuando un individuo enfrenta situaciones estresantes el corazón late a un ritmo más acelerado, la frecuencia respiratoria se altera, se puede producir sudoración, redistribución de flujo sanguíneo, etc.

5) Participación en comportamientos emotivos. Específicas regiones del hipotálamo se activan para llevar a comportamientos específicos. Por ejemplo cuando se activan los centros del hambre, se producen deseos de comer o cuando se activan los centros de la sed dan deseos de ingerir líquidos.
6) Participa en la regulación de la temperatura corporal. En estos mecanismos permite la coordinación con otras regiones del sistema nervioso para inducir mecanismos de producción  disipación del calor.

7) Controla los ritmos circadianos. El núcleo supraquiasmático es uno de los centros que coordina los ciclos que tienen que ver con la luz y la oscuridad. Este núcleo recibe conexiones directas de la retina y permite a través de conexiones con otras áreas del hipotálamo actuar en conjunto con la glándula pineal y formación reticular en la regulación de estos ciclos que se repiten a lo largo del tiempo.








Referente médico




[[1]] Roudinesco, Elisabeth; Plon, Michel (2008) [1997]. Diccionario de Psicoanálisis [Dictionnaire de la Psychanalyse]. Traducción de Jorge Piatigorsky y Gabriela Villalba. Buenos Aires: Paidós. pp. 902-903.
-  Laplanche, Jean; Pontalis, Jean-Bertrand (1996). Diccionario de Psicoanálisis. Traducción Fernando Gimeno Cervantes. Paidós. pp. 324 — 327.
-  Aunque muy distanciado (casi opuesto) a la teoría psicoanalítica, el célebre etólogo Konrad Lorenz(1930) tras sus trabajos empíricos observa que en muchos mamíferos se encuentran mociones psíquicas que transcienden al sistema instintual, considerándolas un anticipo de las pulsiones humanas.

[[2]] Freud describió el funcionamiento de la mente y las características de su estructura como un modelo en el cual esquematiza a la mente consciente como la punta de un iceberg, donde solo se observa aquello que es consciente, pero debajo y sumergido como el resto del iceberg en la profundidad del mar, está la mente inconsciente donde anidan nuestros impulsos y deseos primitivos mediados por el preconsciente.

[[3]] Soma: planta psicotrópica de India.: droga fantástica consumida por los personajes de la novela Un mundo feliz, de Aldous Huxley.: el cuerpo de una neurona.: totalidad de la materia corporal de un organismo vivo, excepto los gametos.
El carácter se describe como una compleja constelación de rasgos psicológicos y tensiones somáticas que constituyen una estructura defensiva y adaptativa.

[[4]] La psique, del griego ψυχή, psyché, «alma humana»,1 es un concepto procedente de la cosmovisión de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de éste tras su muerte. El término se mantiene en varias escuelas de psicología, perdiendo en general su valor metafísico: se convierte así en la designación de todos los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad.

El verbo griego ψύχω, psycho, significa «aire frío». A partir de este verbo se forma el sustantivo ψυχή, que alude en un primer momento al soplo, hálito o aliento que exhala al morir el ser humano. Dado que ese aliento permanece en el individuo hasta su muerte, ψυχή pasa a significar la vida. Cuando la psique escapa del cadáver, lleva una existencia autónoma: los griegos la imaginaban como una figura antropomorfa y alada, un doble o eidolon del difunto, que generalmente iba a parar al Hades, donde pervivía de modo sombrío y fantasmal.[cita requerida] (Ver artículo Psique (mitología)).

Psique es la esposa de Eros, el dios del amor hijo de Afrodita. Se casa con él sin saber quién es pero una noche le descubre. Afrodita celosa quiere deshacerse de psique pero finalmente Eros la salva y con el fruto de los dioses la convierte en diosa.

La psiquis es lo que permite al organismo asumir una posición activa e independiente ante el medio, permitiéndole la supervivencia en función del desarrollo que le permita su inteligencia.
En todos los animales la función homeostática de la conducta depende de condicionamientos biológicos (reflejos condicionados e incondicionados), siendo el resultado una respuesta instintiva a la realidad, mediatizada por su grado de conciencia.

En el ser humano la función homeostática se torna más compleja en tanto la autorregulación se transfiere a otras funciones mentales tales como el consciente, permitiendo tomar conciencia de niveles reguladores que en otras especies son instintivos. Al adquirir un carácter eminentemente consciente, le permite no sólo adaptarse al medio sino también transformarlo para su provecho.

El funcionamiento de la estructura física y de los neurotransmisores del cerebro todavía no son bien comprendidos. El encéfalo humano es un órgano de control biológico y la psiquis una estructura mental, que se construye por las estructuras biológicas existentes en el encéfalo: hemisferio cerebral derecho, hemisferio cerebral izquierdo, lóbulo frontal, lóbulo occipital, lóbulo parietal, lóbulo temporal, cerebelo, las neuronas de la corteza cerebral y se modula por la química cerebral (endorfinas, neurotransmisores, hormonas) bajo la influencia de la actividad, la comunicación social, el medio ambiente y la sexualidad, entre otras. Respondiendo a situaciones de estrés, miedo, odio, alegría, dominio, egoísmo, solidaridad, etc.

 El cerebro es una vía de asimilación e ideación de diferentes patrones de conducta. Con lo que se logra la adaptación del individuo al medio físico y social. La psiquis constituye, por tanto, un medio de entender e interactuar con la realidad.

 [[5]] Rascovsky, Arnaldo y Cols. 1977 El psiquismo fetal. Ed. Paidós. Buenos Aires.






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