Robert K. Merton: Estructura social

Robert K. Merton: Estructura social


Para Merton los elementos que integran el sistema son subsistemas interdependientes, que cumplen funciones sociales necesarias para el funcionamiento, regularidad y estabilidad de todo el sistema.
Cada subsistema cumple una función. Si cumple con sus objetivos se lo denomina funcional, y, en caso contrario, disfuncional.
Merton considera a la estructura como un sistema de relaciones relativamente estables entre las partes de un conjunto, y la estabilidad deriva de la permanencia de los actos sociales más allá de las personas.

Integración Social:
Merton intenta explicar el estado de Integración Social a partir de cómo ciertas estructuras sociales ejercen una presión definida sobre las personas para adaptarlos. Tales modos de adaptación son funcionales al sistema, a pesar que puedan fluctuar desde actitudes conformistas a no-conformistas.
 Así la integración al orden social toma diferentes valores, en relación con la articulación de medios y fines establecidos. Desde este punto de vista, interesa no sólo los modos integrados al orden, sino que se incorporan como parte de la sociedad las llamadas actitudes o modos de desviación, en donde se muestran el grado de Desintegración Social en la que se instala un cierto modelo social. A diferencia de las corrientes funcionalistas donde la integración era vista como un proceso armónico, único y estable, Merton incorpora la idea de tensión al interior del sistema funcional, donde cada manifestación o acción social está referida igualmente al lazo entre sujeto y sociedad.

Funciones adaptadas
Merton sostiene que la orientación central de funcionalismo es en la interpretación de los datos por sus consecuencias para las estructuras más grandes en la que están implicados. Como Durkheim y Parsons analiza la sociedad con referencia a si las estructuras sociales están bien o mal integradas. Merton también está interesado en la persistencia de las sociedades y define funciones que permiten la adaptación de un determinado sistema social. Finalmente, Merton piensa que los valores compartidos son centrales en la explicación de cómo las sociedades y instituciones trabajan.

Disfunciones sociales:
El trabajo de Parsons tiende a implicar que todas las instituciones son inherentemente buenas para la sociedad. Merton pone de relieve la existencia de disfunciones. Piensa que algunas cosas pueden tener consecuencias que generalmente son funcionales o disfuncional para algunos y para otros. En este punto se acerca a la teoría del conflicto, aunque él cree que las instituciones y los valores pueden ser funcionales para la sociedad en su conjunto.
Valores compartidos:
Para los funcionalistas estructurales la sociedad se mantiene unidad debido al consenso de sus miembros; desde su punto de vista, una sociedad que se mantiene unida por medio de la fuerza no merece esa denominación.

Grupos de referencia:
Entre los numerosos ejemplos que da Merton, cabe destacar las teorías sobre los grupos de referencia, movilidad social, conflicto de papeles, formación de normas sociales, conducta divergente, consecuencias imprevistas de la acción intencionada, percepción social, control social, interdependencia de las instituciones,
Merton afirma que la TGR, dicho de modo general, “trata de sistematizar los determinantes y consecuencias de los procesos de valorar y de auto-estimación en que los individuos toman los valores o las normas de otros individuos como sistema comparativo de referencia”
(Merton, 1968, p. 228 [2002, p. 314]). Pero además, presenta ideas como la de que “la función de la conformidad es la aceptación por el grupo, así como la progresiva aceptación por el grupo refuerza la tendencia a la conformidad”

Disfunciones sociales:
Merton nos habla en primer lugar de un saldo líquido de consecuencias funcionales, o sea, el saldo resultante de evaluar una acción, de observar si ha sido funcional o disfuncional. Pues en una sociedad compleja y sofisticada como en la que vivimos actualmente, una acción puede traer consecuencias funcionales (positivas, benéficas), como disfuncionales (negativas), es decir, contrarias a los propósitos e intenciones del actor y que, consecuentemente, no contribuyen a la adaptación y el ajuste. Este último caso es el punto de partida para el estudio de la dinámica y el cambio social sea reformista o revolucionario.
También puede suceder que siendo las consecuencias positivas, es decir, funcionales, para el actor (individual o colectivo), estás sean a la vez disfuncionales para terceros, para otros actores o grupos de ellos. Esto implica un nuevo tipo de análisis que considera no sólo al actor que lleva a cabo una acción, sino también a aquellos que por su situación y posición social, sufren las consecuencias de la acción en cualquier sentido.

Perdida de equilibrio:
Para Merton, la conducta “desviada” es una reacción normal (esperada) a las contradicciones de las estructuras sociales, las cuales ejercen una presión definida sobre sus miembros para que adopten comportamientos disconformes”. No obstante, las tasas más elevadas de estos se concentran en determinados grupos, lo que demuestra que no dependen de las tendencias biológicas individuales, sino del impacto diferencial de dicha “presión”, que se experimenta en función de las respectivas situaciones sociales. La conducta desviada, por tanto, es la reacción normal: un modo de adaptación individual a las contradicciones de la estructura social.

Su diagnóstico discrepa en varios extremos del análisis durkhaniano. Las “necesidades” del individuo que la sociedad no es capaz de “satisfacer”, no son necesidades “naturales” –como entendiera Durkheim– sino culturales, creadas e impuestas por la propia estructura cultural. La “cultura”, por tanto, en lugar de limitar y moderar dichas apetencias, las incita y provoca, de modo que la conducta desviada aparece como mecanismo de adaptación normal del individuo a disfunciones estructurales en el seno de la misma sociedad. Por otra parte, mientras Durkheim veía en la “anomia” una situación de crisis transitoria del poder social de regulación, debida al acelerado y desorganizado cambio social impuesto por el proceso de industrialización, Merton define aquella como una disfunción estructural endémica, , crónica, estable, inherente a cierto modelo de sociedad (la norteamericana), cuyas contradicciones internas producen una tendencia a la misma, que incide de modo desigual en los diversos grupos sociales

Armonía:
Merton realiza un estudio de la estructura social analizando las fuentes sociales y culturales. Propone el concepto de anomia como discrepancia entre metas o fines prescritos culturalmente y los medios legítimos para alcanzarlos. En la sociedad occidental es una meta importante el éxito y las posiciones materiales son símbolos de ese éxito. Esas metas materiales se convierten en símbolos de la propia valía y del éxito, por lo tanto son muy estimadas, pero, si bien a todos los miembros de la sociedad se les enseña a valorar el éxito material, hay miembros que tienen negado el acceso a los medios culturalmente aprobados para lograr ese éxito. De tal manera, a aquellas personas se les tiene negado el acceso a los medios culturalmente prescritos como ―legítimos‖, tienen más probabilidades de acudir a los medios ―ilegítimos‖ para lograr las metas.

Funciones latentes:
Las funciones latentes son aquellas que contribuyen a la adaptación social o a otros objetivos pero, simultáneamente, no son deseadas o reconocidas por la sociedad o el grupo. Un ejemplo de función latente es el proceso de socialización llevado a cabo en el colegio. Aparte de los conceptos básicos que enseñan (función manifiesta) se aprende comportamiento.

Funciones manifiestas:
Las funciones manifiestas son aquellas que presentan consecuencias objetivas para la sociedad (o cualquiera de sus partes), reconocibles y deseadas por las personas o grupos implicados. Son aquellas funciones o efectos que se producen en la sociedad y que son en primer lugar positivas, en segundo lugar dichos fines son explicitados por los edictores de las normas, y en tercer lugar reconocidos dichos fines por los edictores de las normas (se reconoce que la norma es útil para dicho fin).

Alternativas funcionales:
Las funciones manifiestas son las consecuencias que las personas observaran o esperan, funciones latentes son las que no están ni reconocidos ni previstas. Mientras que Parsons tiende a enfatizar las funciones manifiestas del comportamiento social, Merton ve la atención a las funciones latentes como aumento de la comprensión de la sociedad: la distinción entre las fuerzas manifiestas y latentes permite ir más allá de las razones que dan  los individuos por sus acciones o por la existencia de costumbres e instituciones; posibilita mirar hacia otras consecuencias sociales que permiten la supervivencia de estas prácticas y así iluminarán comprender la manera en que la sociedad trabaja.

Teoría de la desviación:
El término anomia derivado de Emile Durkheim, es para Merton: una discontinuidad entre las metas culturales y los medios legítimos disponibles para alcanzarlas. Aplicado a los Estados Unidos Merton percibe el sueño americano como un énfasis en la meta del éxito monetario pero sin el énfasis correspondiente en las vías legítimas para marchar hacia esa meta. Esto conduce a una cantidad considerable de (el término Parsoniano de desviación. Esta teoría es comúnmente utilizada en el estudio de Criminología (específicamente en la teoría de la tensión)
La teoría de la desviación de Merton se deriva de la idea de anomia de Durkheim. Es central para explicar cómo se pueden producir cambios internos en un sistema. Para Merton, la anomia significa una discontinuidad entre las metas culturales y los métodos aceptados para llegar a ellas.
Merton cree que hay 5 situaciones que enfrenta un actor.
•    Conformidad ocurre cuando un individuo tiene los medios y el deseo de alcanzar las metas culturales socializadas en él.
•    Innovación ocurre cuando una persona se esfuerza por alcanzar las metas culturales aceptadas, pero decide hacerlo en el nuevo método o no aceptada.
•    Ritualismo ocurre cuando un individuo sigue haciendo las cosas como proscritos por la sociedad, pero pierde el logro de los objetivos.
•    Retraimiento es el rechazo de los medios y los objetivos de la sociedad.
•    Rebelión es una combinación del rechazo de las metas y los medios sociales y una sustitución de otros objetivos y medios.

Se puede ver, por lo tanto, que el cambio puede producirse internamente en la sociedad a través de una innovación o de rebelión. Es cierto que la sociedad va a tratar de controlar a estas personas y anular los cambios, pero como gana impulso innovación o la rebelión, eventualmente la sociedad adapta o muestra disolución.

Anomia:
En el ámbito de la sociología se denomina anomia (del griego ἀνομία / anomía: prefijo ἀ- a- «ausencia de» y νόμος / nómos «ley, orden, estructura») a la falta de normas o incapacidad de la estructura social de proveer a ciertos individuos de lo necesario para lograr las metas de la sociedad.
Se trata de un concepto que ha ejercido gran influencia en la teoría sociológica contemporánea. También ha ofrecido una de las explicaciones más convincentes de la conducta desviada en el individuo y en la sociedad.

Teoría de la tensión:
La teoría de la tensión se asocia principalmente al trabajo de Robert Merton. Merton creía que en la sociedad hay trayectorias institucionalizadas hacia el éxito. La teoría de la tensión sostiene que el crimen es causado por la dificultad que tienen los que viven en pobreza para alcanzar por medios legítimos metas socialmente valoradas. Para aquellos que, por ejemplo, no consiguen logros educativos es más difícil alcanzar la riqueza y el estatus social asegurado por un empleo bien pagado, y por tanto, es más probable que utilicen medios criminales para obtener estas metas. Merton sugiere cinco adaptaciones a este dilema:

La Escuela clásica de la criminología y la Escuela italiana (junto con la antropología criminal) son las dos primeras teorías sobre el comportamiento desviado.

La escuela clásica proviene de las obras de Cesare Beccaria y Jeremy Bentham. Beccaria supuso un utilitaria visión de la sociedad con un contrato social teoría de la Estado. Argumentó que la función del estado era para maximizar la mayor utilidad posible para el máximo número de personas y reducir al mínimo esas acciones que dañan a la sociedad. Argumentó que desviados cometen actos antisociales (que son perjudiciales para la sociedad) debido a la utilidad que da a la persona privada.

Si el Estado coincide con el dolor de los castigos con la utilidad de diversas conductas desviadas, los irregulares ya no tendrían ningún incentivo para cometer actos antisociales. (Nota que Beccaria abogó por justo castigo como aumentar la severidad de castigos sin medida lógica de utilidad provocaría crecientes grados de daño social una vez alcanzado cierto punto.)

La escuela italiana es una escuela criminológica que estudia los factores biológicos que pueden contribuir al crimen y desviación.

Objetivos sociales:
Merton creía que en la sociedad hay trayectorias institucionalizadas hacia el éxito y su teoría de la tensión sostiene que la anomia es causada por la dificultad que tienen los que viven carentes en pobreza para alcanzar por medios legítimos metas socialmente valoradas. Para aquellos que, por ejemplo, no consiguen logros educativos es más difícil alcanzar la riqueza y el estatus social asegurado por un empleo bien pagado, y por tanto, es más probable que utilicen medios criminales para obtener estas metas. Merton sugiere cinco adaptaciones a este dilema en su célebre "Tabla":
Innovación: individuos que aceptan metas socialmente aprobadas, pero no necesariamente los medios socialmente aprobados.
Retirada: los que rechazan metas socialmente aprobadas y los medios para adquirirlos.
Ritualismo: los que compran en un sistema de medios socialmente aprobados, pero pierden de vista las metas. Merton creía que los consumidores de droga están en esta categoría.
Conformidad: los que se ajustan a los medios y a las metas del sistema.
Rebelión: gente que niega metas y medios socialmente aprobados creando un nuevo sistema de metas y de medios aceptables.

Una dificultad con la teoría de la tensión es que no explica por qué niños de familias con ingresos bajos tendrían mal desempeño educativo en un primer momento y por qué muchas conductas anímicas no tienen motivación económica; la teoría de la tensión no logra explicar del todo la violencia.

Desarrollo de alternativas.
Merton distingue claramente entre los elementos funcionales y disfuncionales de un sistema y reconoce la posible existencia de elementos redundantes. Refiere la función social a consecuencias objetivas observables y no a actitudes subjetivas. Distingue entre las funciones manifiestas, que son consecuencias objetivas que contribuyen al ajuste del sistema y son reconocidas y queridas por los miembros integrantes del mismo, y las funciones latentes, que los miembros del sistema no reconocen ni quieren como propias. Evita y aclara la confusión entre motivación consciente y consecuencias objetivas de los hechos, y presta especial atención a los efectos laterales de las acciones. Afirma el principio del "balance positivo" de las consecuencias funcionales de las formas culturales persistentes; y el principio de las "alternativas funcionales": cualquier función puede ser cumplida por varias vías alternativas. Finalmente, por razones empíricas rechaza algunos postulados originarios del funcionalismo, referidos a la unidad funcional, el funcionalismo universal y la imprescindibilidad funcional.

Los trabajos de Merton sobre el híper conformismo que engendra la disciplina burocrática, paralelos a los trabajos de Mayo sobre el factor humano en las empresas, pusieron en evidencia los límites del modelo burocrático racionalista y la importancia de las disfunciones que aparecen en él. En general, actualmente se considera que las trabas burocráticas son disfuncionales, al menos desde el punto de vista de sus "clientes", aunque, como bien lo hace notar Michel Crozier (, las prácticas burocráticas, aunque no sean funcionales para sus usuarios, sí lo son para sus miembros, ya que los sustraen de la arbitrariedad y de la inseguridad. Desde el punto de vista del sistema político, también puede verse cierta funcionalidad en dichas trabas, que operan como "portillos sistémicos" reguladores del flujo de las demandas sociales dirigidas al sistema político, evitando el exceso que provocaría el "stress" del sistema, sin negar explícitamente el derecho a formular demandas.

Al analizar la relación del individuo con los valores de su sociedad y con los medios de que dispone para realizarlos, Merton muestra que el conflicto o contradicción entre valores y medios es fuente de desviaciones de las conductas individuales.

Por último, Merton dice que "...debido precisamente a que el comportamiento de los individuos está modelado por los valores fundamentales de la sociedad, se puede hablar de una masa de hombres como de una sociedad. Sin un fondo de valores que sean comunes a un grupo de individuos (la conciencia colectiva de Durkheim?) puede haber relaciones sociales, intercambios desordenados entre los hombres, pero no sociedad"

Merton, A hombros de gigantes, Península, 1989.
Robert King Merton, Social theory and social structure, The Free Press, New York, 1968.

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